Archivo de la categoría: Robots para investigación
Crean especialistas una “nariz robótica”, ¿cuál es su propósito?
Por primera vez, se habilita un brazo robótico blando para comprender su configuración en el espacio 3D
Por primera vez, investigadores del MIT han logrado diseñar sensores de piel que confieren conciencia sobre el entorno a los robots blandos.
Este hallazgo es importante porque en el campo de los robots blandos otorgar control autónomo es una tarea compleja puesto que éstos pueden moverse en un número prácticamente infinito de direcciones en cualquier momento dado.
Piel «sensorizada»
No es práctico para los robots blandos en aplicaciones del mundo real el empleo del mismo procedimiento que se usa con los robots convencionales, esto es, grandes sistemas de múltiples cámaras de captura de movimiento que proporcionan a los robots referencias sobre el movimiento y las posiciones en 3D.
Resulta mucho más eficaz un sistema de sensores blandos que cubren el cuerpo de un robot para proporcionar «propiocepción», lo que significa conciencia del movimiento y la posición de su cuerpo, tal y como han demostrado estos investigadores del MIT en un estudio publicado en la revista IEEE Robotics and Automation Letters.
Esa retroalimentación se encuentra con un nuevo modelo de aprendizaje profundo que se filtra a través del ruido y captura señales claras para estimar la configuración 3D del robot, lo que facilitará el hacer extremidades artificiales que puedan manejar y manipular objetos con mayor destreza en el entorno.
Según Ryan Truby, primer autor del estudio en el Laboratorio de Ciencias de la Computación y Artificial del MIT (CSAIL):
Estamos sensorizando robots blandos para obtener retroalimentación para el control de los sensores, no de los sistemas de visión, utilizando un método muy fácil y rápido para la fabricación. Queremos usar estos brazos robóticos blandos, por ejemplo, para orientarnos y controlarnos automáticamente, para recoger cosas e interactuar con el mundo. Este es un primer paso hacia ese tipo de control automatizado más sofisticado.
En los experimentos, los investigadores hicieron que un brazo girara y se extendiera en configuraciones aleatorias durante aproximadamente una hora y media. Utilizaron el sistema tradicional de captura de movimiento sobre el terreno. En el entrenamiento, el modelo analizó los datos de sus sensores para predecir una configuración y comparó sus predicciones con los datos de del terreno que se recopilaban simultáneamente.
Robot suizo es capaz de manipular objetos ¡Sin tocarlos!
Crean una medusa robótica que puede volar
Esta lengua robótica de IBN detecta químicos peligrosos en un minuto
Investigadores de IBM han logrado crear una lengua robótica que es capaz de probar cualquier sustancia líquida e identificar de qué está compuesta y si contiene sustancias químicas peligrosas. Todo ello, en tan solo un minuto.
En la antigüedad, cuando un rey o una reina recibía un regalo en forma de comida, existían los llamados catadores de comidas que tenían que probarlo antes por si se trataba de veneno o de alguna sustancia química peligrosa. Quizás no llegando a esos extremos, pero IBM ha conseguido crear una especie de lengua electrónica que es capaz de analizar líquidos de una manera muy sencilla.
Esto no solo podría valer para saber si un líquido es peligroso, sino también para conocer los ingredientes con los que ha sido hecha una bebida en particular (adiós a ese ingrediente secreto de una conocida marca), ver la calidad del agua o incluso la antigüedad de un vino.
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De nombre Hypertaste, se parece a una rodaja de naranja o de limón que se posiciona sobre un recipiente en forma de vaso. La parte inferior que toma contacto con el líquido está compuesta de una serie de sensores electroquímicos que pueden detectar la presencia de combinaciones de moléculas.
Posteriormente estos sensores reaccionan a esta molécula produciendo señales eléctricas medibles que reproducen una especie de huella digital del líquido. Antes ya existía una lengua electrónica para la cerveza, pero ahora se lleva más lejos.
Una vez con esa huella digital, se transmite a un dispositivo móvil, y al mismo tiempo envía la información a un servidor en la nube. Allí el servidor en la nube compara dicha huella digital con otras huellas de líquidos conocidos y se envía la coincidencia más cercana al dispositivo móvil.
El proceso, aunque parezca largo no es así, dado que IBM Research asegura que toma menos de un minuto.
[Fuente: Futurism]
China proyecta una estación robótica en el polo sur de la Luna
Madrid, 20 Jul. (EUROPA PRESS)
Nuevas misiones del Programa de Exploración Lunar de China contemplan el despliegue de una avanzadilla robótica en el polo sur del satélite terreste a finales de la próxima década.
Después de Chang’e 5, que se lanzará en 2020 para traer muestras a la Tierra desde una latitud 18 grados al norte del ecuador lunar, el foco de las misiones lunares chinas se desplazará hacia el polo sur.
Chang’e 6 tiene como objetivo devolver muestras de la región, y Chang’e 7 estudiará el medio ambiente y los recursos del polo sur, explicaron los investigadores de la Academia de Ciencias de China en una descripción general de los planes lunares de China publicada en la revista Science. Ninguna de las dos misiones tiene una fecha de lanzamiento fija hasta el momento, pero ambas comenzarán en el 2020. Así lo hará Chang’e 8, cuyo destino no está claro en este momento.
Estas tres misiones representan la siguiente fase de los planes lunares de China, y darán como resultado un puesto de investigación polar antes de 2030, si todo va según lo planeado, informa Space.com.
«A través de estas misiones, se construirá un prototipo de estación de investigación científica robótica en la Luna. Los objetivos de exploración cambiarán el enfoque del desarrollo de la tecnología espacial a la ciencia espacial y las aplicaciones espaciales», escribieron Chunlai Li y sus colegas en el artículo de Science.
«La Estación de Investigación Científica Lunar, con la capacidad de operaciones de larga duración y control operacional inteligente, se diseñará para llevar a cabo la verificación técnica y la validación del desarrollo de recursos y la tecnología de utilización, explorar perspectivas para aplicaciones, mejorar la capacidad de la ciencia y recursos lunares», agregaron los investigadores, y sentaron las bases para la construcción y operación de futuras Estaciones de Investigación Lunar, así como para la exploración de la luna por humanos».
La increíble mosca robótica de Harvard ya puede volar sola
Lleva casi dos décadas ideándose en el Laboratorio de Microrrobots de la Universidad de Harvard y los ingenieros están seguros de que es el futuro de los rescates o de la investigación científica. El robot mosca o Robobee X-Wind (cuya traducción literal sería «roboabeja») acaba de dar un paso más allá en su diseño y ya es capaz de volar de forma autónoma y sin cables. El avance se publica esta semana en la revista «Nature».
La estudiante de posgrado Elizabeth Farrell Helbling y su compañero Noah T. Jafferis grabaron el momento en el que Robobee se alzaba en su primer vuelo en solitario, dirigiéndose hacia la luz gracias a sus fotorreceptores, que son los que canalizan la energía hacia sus alas, con inspiración en las libélulas y otros insectos voladores.
«Tres, dos, uno, ¡adelante!», se puede escuchar en la grabación de lo que hasta la fecha es el vehículo más liviano que ha conseguido realizar un vuelo autónomo. Los cables que se ven conectados al robot son en realidad el arnés de seguridad que evita que Robobee se estrelle con el suelo, ya que de momento no puede ser controlado y solo viaja mecánicamente hacia el foco de luz. Aunque parezca algo relativamente sencillo, hay que pensar que se trata de un robot de apenas 250 miligramos de peso y 3,4 centímetros de envergadura.
La proeza de la escala milimétrica
«Este es el resultado de varias décadas de fabricación», afirma Robert Wood, profesor de Ingeniería y Ciencias Aplicadas de Charles River en SEAS, miembro de la Facultad Central del Instituto Wyss e investigador principal del proyecto Robobee. «Compensar masa y potencia se vuelve un problema en escalas pequeñas, donde el vuelo es inherentemente ineficiente. No ayuda que incluso las baterías más pequeñas disponibles en el mercado pesen mucho más que el robot. Se han tenido que desarrollar nuevas estrategias para enfrentar este desafío, aumentando la eficiencia de Robobee, creando circuitos de potencia extremadamente ligeros e integrando células solares de alta eficiencia», explica.
Para lograr un vuelo autónomo, el nuevo diseño de Robobee incluyó un nuevo par de alas nuevas, lo que ha permitido a los investigadores cortar el cable de alimentación, que ha mantenido atado al robot durante casi una década. Además, se han conectado nuevas celdas solares y un panel electrónico. «El cambio de dos a cuatro alas, junto con cambios menos visibles en el actuador y la relación de transmisión, hizo que el robot fuera más eficiente, le dio mayor autonomía y nos permitió colocar todo lo que necesitamos a bordo sin usar más potencia», afirma Jafferis.
Lejos de salir al exterior
Las células solares, las más pequeñas disponibles comercialmente, pesan 10 miligramos cada una y obtienen 0.76 milivatios por miligramo de energía cuando el Sol irradia su máxima intensidad. El Robobee X-Wing necesita el triple de energía solar para volar, por lo que, por ahora, el vuelo al aire libre está fuera de su alcance. En cambio, los investigadores simulan ese nivel de luz solar en el laboratorio con luces halógenas.
Las células solares están conectadas a un panel electrónico debajo de la «mosca», que convierte las señales de bajo voltaje de la matriz solar en señales de alto voltaje necesarias para controlar los actuadores. Las células solares se encuentran a unos tres centímetros por encima de las alas, para evitar interferencias.
En total, el vehículo final, con las células solares y la electrónica, pesa 259 miligramos (aproximadamente un cuarto de un clip para reunir papeles) y utiliza unos 120 milivatios de potencia, que es menos de lo que se necesitaría para encender una única bombilla de las luces del árbol de Navidad de led.
Aún así los investigadores señalan que queda mucho camino por delante y sus próximos obletivos es agregar los controles para que Robobee pueda ser manejado de forma externa. «A lo largo de la vida de este proyecto, hemos desarrollado secuencialmente soluciones para problemas difíciles, como construir dispositivos complejos a escalas milimétricas, crear músculos artificiales de gran escala en milímetros, diseños bioinspirados y sensores novedosos. Ahora que están surgiendo soluciones en la energía, el siguiente paso es el control a bordo. Más allá de estos robots, estamos entusiasmados de que estas tecnologías subyacentes encuentren aplicaciones en otras áreas, como dispositivos quirúrgicos mínimamente invasivos, sensores portátiles, robots de asistencia y dispositivos de comunicación háptica, por nombrar unos cuantos», concluye Wood.
Este robot no solo vuela sino que se comprime para entrar en espacios pequeños
Desarrollado en la Universidad Ben-Gurion del Negev por el profesor de Ingeniería Mecánica David Zarrouk y su estudiante graduado, Nir Meiri, el FSTAR ajusta su ancho para arrastrarse o correr sobre superficies planas, trepar por grandes obstáculos y subir paredes muy separadas, o atravesar un túnel, tubería o espacios angostos.
Además, puede correr en el suelo a una velocidad de hasta 2,6 metros por segundo, tal y como explica Zarrouk:
Planeamos desarrollar versiones más grandes y más pequeñas para expandir esta familia de robots extensos para diferentes aplicaciones, así como algoritmos que ayudarán a explotar la velocidad y el costo de transporte de estos robots voladores / conductores.
Cómo un robot puede manipular emocionalmente a un ser humano
Un equipo de investigadores de la Universidad de Duisburg-Essen, en Alemania, ha descubierto que los humanos pueden ser susceptibles a la manipulación emocional de un robot.
En su estudio, publicado PLOS ONE, el grupo describe experimentos que llevaron a cabo con voluntarios humanos a fin de que interactuaran.
Emoción robot
El nuevo estudio involucró a 89 voluntarios a quienes se les pidió interactuar con un robot Nao bajo la apariencia de ayudarlo a ser más inteligente. Al final de la interacción, un investigador le solicitó al voluntario que apagara el robot solo para que el robot les ruegue, por favor, que no lo haga.
Además de las solicitudes de voz, el robot también mostró acciones corporales para reforzar su solicitud. Algunos voluntarios sirvieron como controles: se les pidió que apagaran el robot pero no mostraron piedad del robot.
Los investigadores señalaron que, en última instancia, 43 de los voluntarios se enfrentaron a la decisión de cumplir con la solicitud de los investigadores o la del robot.
Señalaron que 13 voluntarios eligieron prestar atención a los deseos del robot y que todos los demás tardaron más en apagar el robot que los que estaban en el grupo de control.
Sugieren que sus hallazgos indican que los humanos tienen una tendencia tan fuerte a antropomorfizar los robots que podemos ser presa de la manipulación emocional. Señalan que también encontraron que el tipo y la duración de la socialización antes de que se les pidiera que apagaran el robot no parecían tener ningún impacto con respecto a la decisión tomada por los voluntarios.
Imagen | peyri